25 septiembre 2006



PATRIMONIO
Hermandades antiguas como la nuestra poseen un amplio conjunto de enseres que, además, necesitan ser restaurados con frecuencia dados los años que ya acumulan. En ocasiones se plantea una disyuntiva en la Hermandad: sustituir o recuperar. La decisión no es fácil. Apostar por uno u otro camino conlleva ventajas e inconvenientes que tienen difícil vuelta atrás.
El criterio que hemos seguido en los últimos años ha estado fundamentado en enriquecer el guión procesional que tan olvidado teníamos; así, se han llevado a cabo diversas restauraciones, como las del estandarte, paños de bocina, ciriales, vara de hermano mayor o saya de la Virgen; pero también hemos adquirido piezas nuevas, tales como dos juegos de ciriales y, en breve, la cruz de guía. De esta forma hemos intentado compensar restauración y novedad, aunque esta última sólo para incorporar elementos que faltaban (ciriales) o de escasa entidad (cruz de guía). Sin embargo, se plantea una cuestión importante: tras consultar con especialistas, la túnica de Lagartijo que luce el Caído no se puede restaurar sin perder al menos el 80% de lo original, por lo que si queremos confeccionar otra túnica tendremos que decidirnos por hacer un calco de la actual o por elaborar un nuevo diseño basado en ésta.
En un post debe uno "mojarse" y mi opinión va más por la segunda opción, de forma que, respetando las líneas básicas de hechuras y siguiendo el modelo renacentista de su diseño, podríamos disfrutar de una nueva túnica para Jesús Caído y recrearnos en el magnífico diseño de la antigua, que quedaría en la exposición de la Hermandad. Pienso que realizar una copia más o menos fiel no enriquecería nuestro patrimonio y siempre estaríamos comparándola con la orginal en detrimento de la nueva (ejemplo de ello es la túnica larga, la cual se hizo prácticamente nueva y no dejó demasiado contentos a los hermanos) y, además, creo que sería conveniente tener algo bueno y propio de los tiempos actuales que sea admirado por generaciones futuras, como ahora nos sucede con esta antigua y excepcional túnica.